El Buen Fin inició desde primeras horas de este jueves y, como cada año, volvió a convertirse en uno de los periodos de compras más esperados por los mexicanos. Durante cuatro días, miles de consumidores recorrerán tiendas físicas y digitales en busca de promociones, mientras las tarjetas de crédito se colocan nuevamente como el instrumento protagonista de la temporada. Según la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, en la edición anterior el 75% de las compras se realizó de manera presencial y solo el 25% a través de plataformas en línea, confirmando que la experiencia física sigue predominando a pesar del auge del comercio digital.
La consultora Ipsos estima que este año los compradores gastarán entre mil y 5 mil pesos, con los tarjetazos como principal método de pago para aprovechar promociones; ante ello, Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) anticipa que la presente edición dé un impulso a la economía, pero recomienda a las personas no caer en tentaciones como los meses sin intereses y así evitar caer en una situación de sobrendeudamiento.
En medio de descuentos del 50%, 60% y hasta 70%, ocho de cada diez consumidores compran por impulso, acumulando deudas y gastos innecesarios que posteriormente generan presión financiera.
Esta conducta resulta particularmente riesgosa en estados como Oaxaca, donde la capacidad de gasto es limitada y las decisiones de compra tienen mayor impacto en la economía doméstica. Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares 2024 (ENIGH), la entidad registró el tercer peor ingreso corriente trimestral por hogar, con 52 mil 25 pesos, lo que limita la capacidad de invertir en educación, salud o recreación. Ese resultado es especialmente preocupante cuando el 60.3% de la población explica que considera solicitar un crédito o usar su tarjeta para aprovechar una oferta, aun cuando ello implica comprometer su estabilidad financiera.
El Buen Fin no solo representa la oportunidad de obtener productos a mejor precio, sino también un momento clave para ejercer educación financiera cotidiana: planear, comparar y decidir con calma.