La inflación en México continúa a la baja.
En la primera quincena de julio, el nivel general de precios subió 3.55% respecto al mismo periodo del año pasado, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Esto representa un descenso importante frente al 4.32% que se registró al cierre de junio y al 4.21% con el que terminó 2024.
Para entenderlo de forma sencilla: si en julio del año pasado algo costaba 100 pesos, hoy costaría aproximadamente 103 pesos con 55 centavos. Esta disminución en la inflación es una señal positiva, ya que indica que los precios, aunque siguen subiendo, lo hacen a un ritmo más lento.
En comparación con la primera mitad de julio de 2024, cuando la inflación fue de 5.61%, la diferencia es considerable. Además, el aumento en los precios generales fue de solo 0.15% respecto a los 15 días anteriores. En ese mismo periodo del año pasado, el incremento había sido mucho mayor, de 0.71%.
El índice de precios subyacente (que excluye productos con precios muy variables como frutas, verduras y energéticos) también subió 0.15% en la quincena y 4.25% a tasa anual. Dentro de este grupo, las mercancías aumentaron 0.05% en la quincena, mientras que los servicios subieron 0.24%.
Por su parte, el índice no subyacente (donde sí se incluyen los productos volátiles) subió 0.16% en los últimos 15 días y 1.24% en comparación anual. Los precios de los productos agropecuarios subieron 0.19% en la quincena y 0.26% en el año, mientras que los energéticos y tarifas autorizadas por el Gobierno aumentaron 0.12% y 2.09%, respectivamente.
Otro dato relevante es el comportamiento de la llamada canasta de consumo mínimo, que incluye 170 productos y servicios básicos. Su precio subió 0.11% en los últimos 15 días y 3.73% respecto al mismo periodo de 2024, lo que impacta directamente a los hogares con menores ingresos.
Aunque la inflación está bajando, aún se encuentra por encima de la meta del Banco de México, que es de 3%. En respuesta a este panorama, el banco central ha recortado su tasa de interés en ocho ocasiones consecutivas, situándose en 8%, con el objetivo de reactivar la economía sin perder el control de los precios.