La tradicional regada de frutas dio inicio a los festejos por el medio siglo de la Vela de las Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro, una de las celebraciones más representativas de Juchitán. Entre música de viento, carros decorados y una amplia participación de la comunidad muxe, el recorrido avanzó por las calles principales con un mensaje firme: un llamado a la no violencia en medio de los recientes hechos delictivos que han golpeado a la ciudad.
Durante la caminata, las y los participantes repartieron frutas y obsequios, convirtiendo el centro del municipio en un ambiente festivo lleno de color y tradiciones. El Semana Cultural Muxe Nguiu 2025 reunió a visitantes y artistas en distintas sedes culturales para conmemorar los 50 años de esta celebración. Con actividades que incluyeron exposiciones, lecturas, conversatorios y presentaciones artísticas, el objetivo fue resaltar la historia y el aporte de la comunidad muxe, así como reforzar su lucha por visibilidad y respeto.
Los organizadores estimaron la llegada de más de 10 mil personas para esta edición especial, que enmarca cinco décadas de identidad y resistencia. Como parte de las actividades, más de 200 integrantes de la comunidad muxe y LGBTQ+ participaron en una misa en la iglesia de San Vicente Ferrer, recientemente restaurada. Ahí, las socias de la Vela pidieron paz, justicia y seguridad para Juchitán, mientras el párroco llamó a la población a mantenerse unida y a orar por la tranquilidad del municipio.
La ceremonia sirvió también para recordar a los fundadores de la celebración y honrar a quienes han sido parte de esta tradición que ha trascendido fronteras. Con esta regada, Juchitán abrió paso a la gran noche de gala, donde la corona, los trajes tradicionales y la música marcaron el ambiente de celebración.
La Vela, que comenzó como reuniones privadas en los años 70, se consolidó como una plataforma cultural que ha dado fuerza y orgullo a la comunidad muxe. A pesar del clima de violencia que enfrenta el municipio, los organizadores recalcaron la importancia de mantener viva esta tradición como un espacio de libertad, diversidad y continuidad cultural.