En el Istmo de Tehuantepec, antes de la llegada de los megaproyectos federales, cerca del 40 por ciento del presupuesto estatal de obra pública se adjudicaba a PYMES locales en contratos que oscilaban entre 500 mil y 5 millones de pesos. Aunque ese auge impulsó un crecimiento industrial interanual de 14.1 por ciento en Oaxaca en septiembre de 2024, gran parte de esa inversión no se tradujo en mano de obra para las firmas istmeñas.
Según datos de la Unidad Regional del Servicio Nacional de Empleo en Salina Cruz, en 2025, aproximadamente el 70% de los buscadores de empleo prefieren oportunidades en empresas locales debido a requisitos de contratación menos estrictos, mientras que el 30% opta por empleos en proyectos federales, atraídos por mejores remuneraciones y beneficios. Sin embargo, esta dinámica ha provocado una rotación laboral elevada y dificultades para las MIPYMES en la contratación de personal estable y capacitado.
La refinería "Antonio Dovalí Jaime" ha sido uno de los principales atractivos laborales, ofreciendo salarios superiores sin exigir experiencia previa, lo que ha desviado a trabajadores de las demás empresas. Una vez concluidos los contratos en estos megaproyectos, muchos empleados enfrentan dificultades para reintegrarse al mercado laboral local, ya que las habilidades adquiridas no siempre coinciden con las demandas del mercado.
Las vacantes más demandadas en el Istmo siguen siendo posiciones de comercio y ventas, atención al cliente, cajas, inventarios, almacén y auxiliar administrativo, áreas en las que la mayoría de las firmas locales sí puede competir, aunque con sueldos más modestos.
El verdadero desafío para estos empresarios será reconvertir la oferta formativa y sus procesos de reclutamiento para captar ese contingente de trabajadores que llega con experiencia en obra industrial, y transformar ese conocimiento en un activo para el desarrollo sostenido de sus propios proyectos.