La crisis en el sistema de salud pública que enfrenta Oaxaca se ha convertido en un problema estructural que no solo vulnera el derecho a la atención médica digna, sino que impacta directamente en la economía de cientos de familias.
A diario, se repiten historias de personas que llegan a hospitales públicos buscando ayuda, pero se topan con la falta de medicamentos, insumos básicos, personal médico y equipo necesario para la atención de enfermedades o emergencias.
Testimonios de familiares que deben salir a conseguir hasta el material más básico para una cirugía, madres que compran antibióticos con precios inflados o pacientes que tienen que suspender tratamientos por no poder costearlos. Todo ello en instituciones que, por ley, deberían ofrecer estos servicios de forma gratuita o accesible.
Las farmacias al saber este problema aumentaron los precios de los insumos y equipos que las personas deben y necesitan comprar ya sea para una operación urgente o algún tipo de necesidad que se ocupe en áreas hospitalarias. Ante esta realidad, la exigencia social hacia las autoridades estatales y federales crece para que atiendan de manera urgente esta problemática.