En Oaxaca se encendió una grave alerta tras revelarse un caso de abuso digital contra adolescentes. El colectivo oaxaqueño DLR, dedicado a la defensa de los derechos digitales en el país, denunció la existencia de un grupo de chat donde se compartían fotografías de estudiantes de secundaria de distintas escuelas del estado. El grupo, localizado en la plataforma Telegram, reunía a más de 350 hombres que publicaban a diario imágenes de niñas (incluyendo hijas e hijas trans) vestidas con uniforme escolar.
Andy Torres, director y fundador de DLR, explicó que el colectivo mantiene un monitoreo constante en internet cuando reciben reportes relacionados con grupos de pedofilia. Señaló que, en este caso, "desafortunadamente" las imágenes fueron tomadas por alguien cercano a las menores, probablemente dentro de su propio hogar, lo que agravaría el nivel de vulnerabilidad de las víctimas.
Ante la magnitud del caso, la Fiscalía de Oaxaca abrió una carpeta de investigación y anunció la intervención de la Policía Cibernética para identificar a los responsables. El Código Penal del estado establece penas de 12 a 20 años de prisión por delitos de abuso sexual infantil digital. Además, la difusión no consentida de contenido íntimo está contemplada en la Ley Olimpia, que obliga a investigar y sancionar la violencia digital. Sin embargo, activistas advierten que aún no existen protocolos claros cuando los agresores pertenecen al núcleo familiar.
El contexto de hiperconectividad también ha expuesto la falta de educación digital entre la población menor de edad. El grooming, una forma de violencia sexual ejercida por adultos mediante entornos digitales, sigue siendo poco comprendido: según el informe de la Red Grooming LATAM, el 72.8 % de niñas, niños y adolescentes entre 9 y 17 años no conocen el término. Esta brecha de conocimiento facilita la propagación silenciosa del delito y limita la detección temprana de conductas sospechosas.
Ante este panorama, la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) Oaxaca condenó el abuso y exhortó a madres, padres y tutores a asumir una supervisión activa del uso de tecnología. Mientras tanto, las familias afectadas enfrentan una situación particularmente compleja al sospechar que los agresores podrían estar dentro de su propio entorno.