En Oaxaca, la Generación Z está transformando la manera de comunicarse, adoptando un lenguaje digital que se expande rápidamente por plataformas como TikTok e Instagram. Expresiones como "aestethic", "gpi", "f", "ghostear", "POV" o "funar" ya forman parte del vocabulario cotidiano entre adolescentes y jóvenes, siendo referencias culturales y condensando ideas en segundos, lo que refleja una nueva forma de identidad colectiva que define a quienes crecieron entre pantallas, memes y algoritmos.
Muchos adultos mayores no comprenden el lenguaje de sus hijos o lo desaprueban, lo que genera tensiones familiares y conflictos en torno al uso de la tecnología por considerarlo superficial o dañino, mientras otros intentan aprender para acompañar a sus hijos. En el ámbito educativo, docentes han comenzado a integrar redes sociales en sus estrategias didácticas para mantener el interés de sus alumnos, mientras otros defienden la formalidad del lenguaje académico. El crecimiento del acceso a internet en el estado explica por qué esta jerga digital se ha vuelto común entre estudiantes de secundaria, preparatoria y universidad. Incluso, el propio gobierno de Oaxaca ha optado por usar TikTok e Instagram para difundir información pública, reconociendo que conectar con los jóvenes requiere hablar su mismo idioma.
Cada generación se forma en un contexto histórico distinto que moldea su manera de pensar, consumir y relacionarse. El concepto moderno de "generación", propuesto por el sociólogo Karl Mannheim en los años veinte, sostiene que las vivencias compartidas ?crisis, guerras, avances tecnológicos o movimientos sociales? definen una perspectiva común del mundo. Así se han clasificado las más conocidas, empezando por la generación Silenciosa, Boomers, X, Millennials, Z y Alpha, cada una con un intervalo de alrededor de dos décadas.
Este fenómeno no solo refleja una evolución en la sociedad y su comunicación, sino también una adaptación a las tendencias globales impulsadas por el impacto digital.
Más del 60% de los jóvenes de entre 18 y 24 años en Oaxaca recurren a plataformas digitales como su principal fuente de información, desplazando a los medios tradicionales lo que ha transformado la manera en que se informan, se entretienen y se relacionan; lejos de ser una moda pasajera, es ya parte esencial del lenguaje digital contemporáneo, consolidando a las redes sociales como el centro de su vida cotidiana.