Hombres, los más afectados por muertes accidentales

A nivel estatal y nacional las primeras causas de muerte siguen siendo enfermedades crónicas: enfermedades del corazón, diabetes mellitus y tumores malignos ocupan los primeros lugares entre los hombres, mientras que, en Oaxaca, esta proporción se mantiene, pero con particularidades en causas externas. Los accidentes, homicidios y suicidios, por ejemplo, afectan más a hombres jóvenes.

En 2024 los accidentes consolidaron su lugar como la quinta causa de muerte entre los hombres en Oaxaca, con 1,095 defunciones registradas; la tendencia continúo, pues solo en los primeros tres meses de 2025 se reportaron 380 muertes masculinas por accidentes. La estadística nacional confirma que las causas externas específicamente en muertes por accidentes de transporte, la mayor proporción es masculina (81.3% del total).

Choques, volcaduras y atropellamientos concentran gran parte de las muertes accidentales reportadas en 2024 y en lo que va de 2025. Los tramos carreteros de mayor tránsito como la autopista Cuacnopalan?Oaxaca, la federal 190 y corredores hacia la Costa e Istmo aparecen repetidamente en notas de prensa sobre incidentes fatales; evidenciando riesgo en corredores de alta velocidad y pendientes.

La Fiscalía de Oaxaca ha logrado vinculaciones y sentencias contra conductores imputados, pero en el debate público y legislativo persisten reclamos por falta de mantenimiento vial, señalización insuficiente y seguimiento limitado a casos por negligencia, lo que llevó a colectivos a exigir al Congreso local armonizar la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial. Aunque esta ley federal se aprobó en mayo de 2022, solo tres estados la implementaron a tiempo; 18 avanzan lentamente, seis aprobaron leyes sin armonización y cinco siguen sin actualizarlas.

Oaxaca está entre los estados con ley local no armonizada, situación que organizaciones civiles consideran urgente corregir para reducir siniestros, pues estiman que más del 90% de los responsables (generalmente por exceso de velocidad, alcohol o distractores) permanecen en impunidad ante la falta de normas más estrictas para sancionar los homicidios culposos.