Desde el 4 de agosto de 2025, el Ayuntamiento de Salina Cruz, Oaxaca, cuenta con su primer Reglamento de Vialidad Municipal, aprobado días antes por el cabildo y presentado por el presidente municipal Daniel Méndez Sosa junto a autoridades federales y estatales. El documento, inédito en la historia local, busca mejorar la movilidad urbana mediante la reconfiguración de sentidos viales, la instalación de más de 100 señalamientos en puntos clave del centro y la creación del Secretario de Vialidad Municipal, todo bajo el Plan Municipal de Desarrollo para dar certeza jurídica y seguridad a peatones y conductores.
Sin embargo, el reglamento fue expedido sin autorización del Congreso del Estado, requisito legal para normar el tránsito en Oaxaca. En particular, entran en controversia los artículos 64 y 65 que facultan al municipio de asumir el servicio de arrastre vehicular y administrar su propio corralón, mientras que el 66 indica que el encierro de vehículos se regirá solo por normas municipales, concentrando los ingresos en la Tesorería. Críticos advierten que este esquema podría volverse un mecanismo discrecional de recaudación, y cuestionan si hubo análisis jurídico previo a su aprobación unánime.
La medida ha causado inconformidad entre transportistas locales y foráneos, quienes advierten que los vacíos del reglamento y la falta de transparencia en grúas y corralón pueden derivar en abusos. Representantes de taxistas y grúas piden claridad sobre la propiedad del equipo de remolque y la capacitación de agentes, mientras que el ex alcalde Juan Carlos Atecas señala que el reglamento debe proteger al ciudadano y no prestarse a corrupción.
Con su publicación en la Gaceta Municipal, el reglamento entró en vigor de inmediato, aunque contempla un periodo de observaciones. La comunidad espera que estas medidas realmente ayuden a reducir accidentes y descongestionar vialidades, sin generar costos excesivos para usuarios del transporte público y privado.