A pesar de que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) reportó una cobertura eléctrica nacional de 99.64 % al cierre de 2024, Oaxaca continúa rezagado con apenas un 98.91 %, una cifra que representa más de 100 mil viviendas sin un servicio confiable. Junto con Chiapas y Nayarit, el estado se mantiene por debajo del promedio nacional, evidenciando que la universalización del acceso a la electricidad sigue siendo una meta pendiente en regiones marginadas del país.
Este rezago persiste incluso cuando la CFE cuenta actualmente con una estructura robusta compuesta por 9 empresas productivas subsidiarias, como CFE Distribución, Suministrador de Servicios Básicos y Transmisión, además de seis empresas de generación eléctrica. A esto se suman filiales como CFEnergía, Internacional y Telecom. En teoría, esta infraestructura permitiría atender de manera más eficiente las necesidades energéticas del país.
En el estado operan seis paquetes de centrales eólicas con 410 unidades, y las subestaciones de Juchitán e Ixtepec han presentado múltiples fallas afectando a municipios como El Espinal, La Ventosa y Santa María Xadani, provocando interrupciones constantes que impactan a miles de usuarios.
En zonas como la Mixteca, la región Triqui, la Sierra Norte, la Sierra Sur y la Mixe Alta, las condiciones geográficas, el abandono de infraestructura y el mal remate de tendidos eléctricos agravan el problema. Las comunidades no solo padecen la falta de conexión, sino también un servicio inestable, cobros excesivos y apagones prolongados.
La energía eléctrica no es un lujo: es un derecho básico que aún no llega a todos por igual en Oaxaca, afectando significativamente el desarrollo en diversos aspectos. Impacta en la economía, la salud, la educación, la seguridad y la calidad de vida de las personas.