El gobierno federal destinó a Oaxaca, para 2025, un total de 150 millones 93 mil 415 pesos para ejecutar diversos programas en materia de salud, con 92 millones 854 mil 393 pesos para la Vacunación Universal, que lleva a cabo el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia, 2 millones 831 mil 795 pesos para Políticas de Salud Pública y Promoción de la Salud y Emergencias en Salud se asignan 2 millones 584 mil 409 pesos.
Sin embargo, esta inversión no ha detenido la crisis que atraviesa el sistema IMSS-Bienestar: desde principios de junio, el personal de hospitales y clínicas de la región del Istmo opera con recursos mínimos, atendiendo únicamente emergencias y servicios básicos de urgencia.
El paro indefinido comenzó el 3 de junio de 2025 en siete hospitales y 160 clínicas, donde más de 2 500 trabajadores entre médicos, enfermeras, camilleros y administrativo suspendieron consultas externas y cirugías programadas. A esto se sumó, el 5 de junio, un bloqueo de oficinas administrativas por parte de la Sección 96 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud, que hoy afecta hasta ocho unidades médicas.
Los paros y bloqueos persisten pese a la inyección de recursos porque, según el personal, los 150 millones de pesos solo cubren insumos para un mes y no alcanzan a resolver el desabasto crónico de medicamentos ni las carencias de infraestructura básica. Asimismo, denuncian irregularidades administrativas que mantienen retenidos pagos a proveedores y al propio personal, lo que agrava la paralización de servicios.
Entre las demandas prioritarias están la reposición inmediata de los 23 trabajadores despedidos en el Hospital de Especialidades de Oaxaca, la garantía de abasto continuo de medicinas y equipo, la mejora de la infraestructura hospitalaria y la destitución de mandos acusados de obstaculizar trámites administrativos. Sin soluciones, comunidades enteras seguirán sin acceso a atención médica digna.