En agosto de 2025, el municipio de Matías Romero, ubicado en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, enfrentó una crisis hídrica que dejó a más de 8,000 viviendas sin acceso al agua potable. Las tormentas eléctricas dañaron los equipos de bombeo, interrumpiendo el suministro durante varios días. La Comisión Estatal del Agua para el Bienestar (Ceabien) informó que se realizaron trabajos de reparación y mantenimiento en los equipos hidroneumáticos afectados, restableciendo el servicio en la localidad.
Esta interrupción refleja una problemática mayor en todo el estado, que ya registra cortes recurrentes en ciudades como Juchitán, Tehuantepec y Salina Cruz, donde fallas eléctricas, bombas averiadas y tuberías dañadas provocan suspensiones prolongadas que suelen alargarse en días o semanas y en varias ocasiones han derivado en bloqueos y protestas ciudadanas por falta de respuesta.
Omar Pérez Benítez, director del Sistema Operador de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado del estado (Soapa), afirmó que la construcción, reemplazo y rehabilitación de pozos en 2024 redujo en 86% las zonas críticas: de 78 colonias en "foco rojo" en marzo del presente año quedan 11.
En el marco del Plan Estratégico de Infraestructura Hídrica se construyen tres pozos profundos, se reponen cinco y se rehabilitan 13; además se mejoran siete sistemas de conducción y distribución. En una segunda etapa se entregan 9 mil tinacos de mil 100 litros a familias de la capital y municipios cercanos. Mientras La tercera fase mediante el programa "Agua para Todas y Todos" contempla reparto mediante camiones cisterna en zonas sin infraestructura.
Sin embargo, en áreas rurales las pérdidas suelen ser mayores. Al 30 de junio de 2025 se autorizaron inversiones por alrededor de 261.9 millones de pesos para garantizar agua potable y saneamiento en las ocho regiones de Oaxaca. La falta de agua no solo afecta el consumo doméstico, sino que también incrementa los costos para las familias, impactando directamente en su calidad de vida, especialmente en comunidades donde las alternativas son limitadas y los cortes prolongados se vuelven parte de la rutina diaria.