Oaxaca registra una caída importante de su pobreza multidimensional, pero la realidad sigue siendo desigual y llena de interrogantes. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ubicó a Oaxaca en 2024 como el tercer estado con mayor proporción de población en pobreza multidimensional (51.6 %) y con 16.3 % en pobreza extrema, cifras que confirman que la reducción no ha sido uniforme ni completa.
Según la medición de INEGI, Oaxaca mostró una mejora notable en acceso a servicios de salud (por ejemplo, pasó de 65.7 % a 43.9 % en esa carencia), pero mantiene rezagos claros en educación y la carencia por acceso a la seguridad social sigue siendo muy alta en la región. A nivel nacional la falta de seguridad social es la carencia más extendida, y en estados como Oaxaca ese indicador alcanza tasas mucho mayores.
Por otra parte, el gobierno estatal celebra que "más de 280 mil personas abandonaron la pobreza" y que "más de 165 mil salieron de la pobreza extrema" durante el periodo 2022-2024, atribuyendo estos avances a programas sociales y a 1,067 millones de pesos invertidos que habrían beneficiado a 985 mil personas; entre los apoyos concretos aparecen microcréditos para mujeres, la Tarjeta Margarita Maza y acciones de salud y empleo juvenil.
Esos datos oficiales detallan beneficiarios y montos, pero no aportan suficientemente el impacto por lengua indígena ni por comunidad rural que son los grupos más vulnerables, lo que sugiere que la reducción agregada de la pobreza no ha cerrado brechas étnicas ni generacionales que siguen delimitando la calidad de vida de los habitantes oaxaqueños.
Hay disminución cuantificable, y los programas sociales sí explican parte del retroceso; sin embargo, indicadores clave siguen mostrando rezagos regionales y étnicos. La pregunta que queda es si la reducción reportada es el inicio de cambios estructurales o una mejora temporal ligada a las carencias.