La promesa de contar con más médicos especialistas en Oaxaca continúa enfrentándose a denuncias y paros que evidencian un déficit real en los hospitales, especialmente en los del IMSS-Bienestar. A pesar de los anuncios oficiales para fortalecer el sistema, la demanda de personal calificado se mantiene. En junio de 2025, trabajadores de salud del Istmo iniciaron un paro indefinido en al menos ocho hospitales y más de 180 clínicas del IMSS-Bienestar, exigiendo insumos, contratos dignos y, sobre todo, más especialistas. Aseguran que sin médicos capacitados no es posible ofrecer atención especializada adecuada.
Los Servicios de Salud de Oaxaca reportan una plantilla cercana a los 10 mil 816 trabajadores de base, regularizados y formalizados en las seis Jurisdicciones Sanitarias, encargados de atender a la población más vulnerable. Sin embargo, la mayor concentración de especialistas se encuentra en hospitales urbanos y en la capital, mientras las unidades rurales y comunitarias operan con plantillas reducidas; además no hay cifras públicas que detallen cuántos de esos trabajadores son especialistas por jurisdicción. Este desequilibrio provoca un estrés operativo que mantiene a muchas clínicas funcionando a media capacidad y amplía la desigualdad en el acceso a atención especializada.
La escasez de especialistas incrementa riesgos en atención obstétrica, urgencias y áreas quirúrgicas en municipios marginados, particularmente en ginecología, cirugía, pediatría y anestesiología, indispensables para la operación de hospitales comunitarios y generales.
Testimonios señalan que, ante la falta de especialistas de guardia, familias han tenido que pagar honorarios a médicos externos o comprar insumos que deberían ser proporcionados por los hospitales, evidenciando vacíos operativos que afectan sobre todo a mujeres en procesos obstétricos y a pacientes quirúrgicos.
A nivel federal, desde 2024 se impulsaron acciones para ampliar plazas y contratar especialistas, con un incremento del 42 %. Para Oaxaca se agregaron 237 especialistas, alcanzando un total de 1,035, equivalente a un aumento del cuatro por ciento. Sin embargo, la llegada de personal no garantiza cobertura inmediata, pues la logística, la distribución por jurisdicción y la disponibilidad para trabajar en localidades remotas siguen siendo insuficientes. La ausencia de un registro público desagregado impide medir con precisión la verdadera dimensión del rezago.