En marzo de 2025, la LXVI Legislatura de Oaxaca aprobó una reforma al Poder Judicial que implicó una reducción de las magistraturas del Tribunal Superior de Justicia, pasando de 28 a 16, además se ha nombrado a la magistrada Érika María Rodríguez Rodríguez como presidenta interina; en sus primeros pronunciamientos prometió transparencia y un Poder Judicial "más cercano al pueblo", pero su gestión será evaluada en la práctica cuando comience la redistribución de cargos y se active el calendario. Es decir, la totalidad de los nuevos cargos, incluidas magistraturas, juezas y jueces de primera instancia y laborales, se renovará mediante elección popular en 2027.
La Constitución local fue modificada para establecer que el Tribunal Superior estará integrado por 16 magistradas y magistrados; todos, excepto la presidencia, formarán parte de una sala colegiada. Además, se definieron mecanismos de paridad de género y concurso público de oposición como requisito para los nombramientos. La administración judicial quedará bajo supervisión de un órgano de administración autónomo, mientras que la disciplina del personal quedará a cargo de un nuevo Tribunal de Disciplina Judicial.
En cuanto a los juzgados de primera instancia y los laborales, se prevé su reorganización territorial y especialización temática. La Ley Orgánica establecerá el número de distritos judiciales y competencias por materia con el objetivo de acercar más la justicia a comunidades locales, incluyendo la perspectiva de género en el accionar de jueces y juezas.
La relación entre la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y el Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca se enmarca en un nuevo contexto institucional donde la elección popular se convierte en el mecanismo principal para nombrar jueces. A nivel nacional, la reforma federal redujo la Suprema Corte de 11 a 9 ministros y estableció que gran parte de los cargos judiciales se elijan por voto ciudadano en procesos celebrados en junio de 2025; lo que abrió un escenario institucional inédito, ahora, Oaxaca enfrentara el reto de la implementación efectiva de mecanismos de selección, distribución de juzgados y políticas de inclusión que reflejen la diversidad y exigencia de justicia en el estado.