El pasado 15 de mayo, la educación de Oaxaca se vio afectada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), la cual, mantenía un paro laboral y un plantón en el Zócalo de la Ciudad de México hasta el viernes 6 de junio. Con un total de 10 305 votos emitidos, 5 267 docentes votaron a favor del repliegue y 5 038 en contra, marcando una diferencia de 229 votos en favor de regresar a las aulas.
El trasfondo de la protesta es la exigencia de derogar la reforma de la ley del ISSSTE de 2007. Aunque el gobierno de la Ciudad de México y la presidencia de la República han instalado una mesa de diálogo, reconocen falta de recursos para satisfacer al 100 % las demandas, especialmente las relativas al sistema de pensiones.
Pero el magisterio exige también un aumento salarial del 100 % y suprimir los fondos de retiro. El gobierno propone, en cambio, reducir gradualmente la edad de jubilación: fijarla en 2025 en 56 años para mujeres y 58 para hombres, a partir de ahí irá disminuyendo cada 3 años hasta concluir, en 2034. Y se puso sobre la mesa la instalación de un Colectivo Interdisciplinario para el estudio de alternativas en los esquemas del seguro social, donde se contempla la participación del magisterio.
En esta disputa chocan dos derechos: el laboral y el educativo, siendo este último el más dañado. Aunque existen causas históricas y sistémicas, el rezago en la educación revela deudas pendientes con los alumnos.
Durante el paro escolar, en la mayoría de los casos el personal docente trabajo a través de redes sociales para para avanzar en el temario del ciclo escolar, pero el aprendizaje para los alumnos es complicado. Una de las principales barreras para la realización de las tareas a distancia es la falta de internet para investigar cada tema asignado.
En sólo seis años -2016 a 2022- Oaxaca tuvo un retroceso en materia educativa, pasando del lugar 18 al sexto en rezago educativo (de 10.5 % a 13.1 % de la matrícula), con un impacto mayor en la primera infancia y en comunidades indígenas, detallan datos de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).
La presidenta Claudia Sheinbaum reafirmó que el diálogo no solo busca acuerdos sindicales, sino "fortalecer la educación pública". No obstante, la Coordinadora advierte que su ruta seguirá activa en los territorios, asambleas, aulas y calles.