La salud sexual y reproductiva de las mujeres en Oaxaca aún arrastra rezagos históricos: según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2018 (ENADID), el 68.2 % de las oaxaqueñas de 15 a 49 años en unión utilizaba algún método anticonceptivo, pero el 13.1 % seguía con una necesidad insatisfecha de anticoncepción. Cinco años después en 2023, la misma encuesta revela que la prevalencia de uso en mujeres en edad fértil unidas (MEFU) pasó de 73.1 % en 2018 a 71.8 % en 2023, lo que implica una leve caída en la cobertura.
Según datos de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), en 2024 se atendieron 199,662 usuarias en servicios de planificación familiar, de las cuales 52,192 fueron de nuevo ingreso.
Ese retroceso ocurre en paralelo a persistentes barreras en zonas rurales e indígenas, donde la distancia a las unidades de salud y la falta de materiales informativos en zapoteco, mixteco o triqui limitan el acceso efectivo. El propio organismo estatal lanzó jornadas gratuitas de implantes subdérmicos del 26 al 29 de mayo de 2025 en el Istmo, con el fin de "fortalecer la salud sexual y reproductiva" en municipios de difícil acceso. Sin embargo, esta acción puntual no cubre a las adolescentes de 15 a 17 años, cuya tasa de uso correcto de anticonceptivos apenas alcanza el 60.2 por ciento.
La necesidad insatisfecha apenas ha disminuido: se estima que hoy ronda el 12 y 13 % en Oaxaca, similar al 13.1 % de 2018, lo que se traduce en miles de embarazos no planeados y en una mortalidad materna que supera el promedio nacional en comunidades indígenas. En 2024, Oaxaca registró 125 nacimientos de embarazos de menores de 15 años y 2 mil 688 de adolescentes de 15 a 19 años durante el primer semestre del año.
Lo que expone que a pesar de los progresos realizados, campañas y apoyo de organizaciones, aún no pueden garantizar que las infancias y las adolescencias tengan los conocimientos que requieren para la toma de decisiones informadas en salud sexual y reproductiva, lo que representa un gran reto para estados como Oaxaca.