San Mateo del Mar, en la costa del Istmo de Tehuantepec, enfrenta lo que autoridades califican como el primer desplazamiento forzado por cambio climático documentado en México; la Coordinación para la Atención de los Derechos Humanos de Oaxaca informó que cerca del 80% de la población de la franja costera ha tenido que abandonar sus hogares.
En septiembre y octubre pasados, episodios de mar de fondo volvieron a inundar calles, escuelas y la clínica; reportes y autoridades contabilizaron hasta 800 viviendas afectadas. Vecinos sostienen que en medio siglo el mar se comió más de 700 metros de terreno y que la costa avanza a un ritmo estimado en 13 centímetros por año, una combinación que acelera el desplazamiento.
Aunque la erosión en la Colonia Cuauhtémoc estaba documentada en 2024 la suma de eventos extremos y obras portuarias intensificó la crisis desde 1960. En asambleas comunitarias se acordó la reubicación de más de 200 familias y, en octubre, autoridades estatales y federales señalaron al Polígono 3A como la zona con menor riesgo para el traslado.
La Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) plantea la construcción de vivienda para más de 600 familias, pero aún no hay cifras públicas claras sobre inversión ni calendario de entregas. San Mateo del Mar ocupa 98.48 kilómetros cuadrados y, según censos recientes, concentra poblaciones mayoritariamente indígenas; su economía depende en un 65% de la pesca artesanal y la agricultura, y las tasas de pobreza extrema reportadas superan el 75%, por lo que la reubicación demanda medidas culturalmente sensibles.
Pobladores responsabilizan al Corredor Interoceánico y a cambios en rompeolas de Salina Cruz por alterar corrientes y agravar el retroceso costero; esa hipótesis deberá acompañar las evaluaciones del caso que es una advertencia sobre los costos humanos del cambio climático para que la protección esta vez sea efectiva y respetuosa.