Un equipo de los Hospitales Universitarios de Ginebra (HUG) realizó con éxito el primer trasplante cardíaco parcial en Europa, una cirugía pionera que permitió salvar la vida de un niño de 12 años con una compleja enfermedad congénita del corazón
El procedimiento se llevó a cabo en septiembre y representa un avance importante en la medicina cardiovascular pediátrica, ya que no fue necesario reemplazar todo el corazón, sino solo las partes defectuosas.
A diferencia de un trasplante completo, esta operación consistió en sustituir únicamente las válvulas aórtica y pulmonar, responsables de bombear la sangre fuera del corazón.
El resto del órgano del paciente se mantuvo intacto, lo que reduce el riesgo de rechazo y mejora la adaptación del cuerpo. Según los médicos, el niño se recupera satisfactoriamente y sigue bajo observación en el hospital.
Para imaginarlo de forma sencilla: es como cambiar las piezas clave de un motor sin reemplazarlo por completo
Un procedimiento poco común en el mundo
Aunque esta técnica ya se había practicado en Estados Unidos -donde se han realizado una treintena de operaciones similares-, nunca antes se había hecho en Europa.
El cirujano Tornike Sologashvili, quien dirigió la intervención, explicó que el paciente había sido operado tres veces antes debido a una malformación en la base del corazón, donde los dos grandes vasos estaban fusionados.
Las prótesis biológicas que había recibido previamente empezaron a deteriorarse, lo que provocó que el menor perdiera energía, se fatigara fácilmente y enfrentara un riesgo vital en los últimos meses
Una apuesta arriesgada, pero con esperanza
Antes de la cirugía, los médicos advirtieron a la familia que se trataba de un método innovador con riesgos todavía poco conocidos, ya que solo existían tres años de experiencia en el mundo con esta técnica.
Aun así, la familia decidió continuar. La madre relató que su hijo "estaba entusiasmado con la idea de intentarlo", pues le parecía una oportunidad mejor que resignarse a "una vida mediocre".
Con esta intervención, Suiza se coloca a la vanguardia de los trasplantes cardíacos pediátricos en Europa. Los médicos confían en que esta técnica pueda abrir nuevas opciones para niños con enfermedades cardíacas graves que no pueden recibir un trasplante completo.
El caso también representa un paso hacia cirugías menos invasivas y más personalizadas, donde el objetivo no es reemplazar órganos enteros, sino repararlos parcialmente para preservar la vida y mejorar su calidad