Los Mixtecos, Zapotecos y Mexicas debieron gran parte de su poderío a su eficiente sistema de comercio a través de los tianguis. Con la conquista los mercados mesoamericanos cambiaron, luego de la fragmentación en múltiples economías locales y regionales: separación de sistemas de mercadeo; se resalta en "Los mercados tradicionales del valle de Tehuacán-Cuicatlán: Antecedentes y situación actual" de 2011, de la revista Nueva Antropología.
"Es tan importante, está tan fuertemente arraigado a la sociedad que, si nosotros nos imagináramos un escenario de ausencia, realmente muchas personas tendrían problemas para abastecerse de los bienes que necesitan para su bienestar y supervivencia", destacó el doctor Miguel Ángel Mascarúa, Especialista en Economía.
El intercambio en un tianguis-mercado es un complejo sistema económico sociocultural, producto de las relaciones entre quienes ahí convergen; en México se tratan de instituciones resultantes del encuentro de dos tradiciones culturales económicas: la española conquistadora y la campesina indígena prehispánica; en el libro "Mercados y tianguis en el siglo XXI, repensando sus problemáticas" de 2021, de la Universidad Autónoma del Estado de México, también se aborda sobre el mercado la Purísima de Tehuacán, sus prácticas, principios y valores.
"Desde pequeño, comencé a trabajar con mi papá en La Purísima, desde que el mercado estaba un poco más desahogado", compartió, Salvador Trinidad Castillo, Comerciante en "La Purísima".
La práctica socio-comercial del "fiado" prevalece viva en "La Purísima", debido a la confianza entre vendedores-compradores; el "regateo" en tanto es otra de las prácticas más constantes en las transacciones, en mayor medida cuando la relación comercial es de mucho tiempo, en la que incluso se han desarrollado valores como la amistad y la empatía.
Más allá de los espacios, los mercados y sus trayectorias socio ecológicas, como es el caso de "La Purísima", aparecen elementos identitarios, relaciones políticas, de clientes, vecinales, etc., que incluso llevan a conflictos sobre el reordenamiento de esos territorios.
"Aquí en Tehuacán, porque ya en Puebla se está perdiendo un poco; es muy bonito ver los colores, los aramos, la gente, escuchar las anécdotas que te platican las personas, es muy agradable; ha servido incluso para algunas cuestiones del manejo público de la política local de la ciudad", indicó Mascarúa.
Salvador Trinidad Castillo proveniente del municipio de Palmar de Bravo, comerciante desde hace 40 años en el mercado La Purísima de Tehuacán; recuerda sus inicios a los 6 años como acompañante de su padre; en la actualidad junto a sus hijos y esposa mantienen su puesto de verduras, para el que les toma 2 horas llegar cada viernes con el fin de aprovechar la vendimia y la del día fuerte: "sábado", para retornar a su municipio, la madrugada del domingo. Como muchos comerciantes del sitio, al ser la inseguridad su mayor preocupación, optan por quedarse a dormir debajo de sus puestos.
"Abajo, en nailos, sin tablas, sin nada; de ahí se mejoró un poco más; pero empezamos con plásticos", "anteriormente no se daba bolsa, todas las señoras traían su petaca o bolsas del mandado y ahí se les despachaba", puntualizó Trinidad Castillo.
Una de las familias de comerciantes en La Purísima que, desde hace 20 años, comenzó a implementar la venta de verduras en bolsitas de 10 pesos, un sistema que no establece una medida en gramos o kilos para el contenido del producto, sino una estimación equivalente al valor monetario establecido; muestra de la diversidad de sistemas socioculturales- económicos aprehendidos por la comunidad.
Y es que los mercados y tianguis generan identidad territorial, reconocimiento, son espacios de satisfacción de necesidades e incluso de socialización.