En el México posrevolucionario de 1921, mientras los talleres medianos y grandes, generalmente por la hechura de un saco pagaban 10 pesos a sus obreros y 5 pesos en el caso de establecimientos pequeños; en las sastrerías de importancia la manufactura de un saco era por 12 pesos y de 8 pesos en las más humildes. La seda e hilo en aquella época les costaba a los profesionales de la aguja, 1 peso, mientras que los forros, entretelas, botones, etc., implicaban un gasto de 1.10 a 1.20 pesos.
En su mayoría los "sastres" trabajaban de 10 a 12 horas ayudados por sus esposas, otras costureras o aprendices. Hace 104 años, registros en el Archivo General de la Nación apuntan a que a la semana estos profesionales realizaban:
"Mi padre se hacía pantalones con un sastre, no aceptaba que fueran de otro lado sino eran de su sastre; crecí viendo eso, y como la ropa actual no es buena, no es de calidad, por eso me mando a hacer ropa con los poquitos sastres que quedan en Tehuacán", resaltó Gloria, de 56 años.
Los sastres de prenda grande necesitaban mínimo 32 pesos semanales para solventar sus gastos indispensables; pero el salario mínimo era de 18.84 pesos; por lo que solían vivir en pequeñas y precarias casas, e incluso insalubres, estado en el que se encontraban muchos talleres. Los trabajos de sastrería eran transportados en tranvías y cuando por el clima las prendas perdían "elegancia" eran re-planchadas.
"En cuestión de trajes, sigue siendo la misma gama, el mismo trabajo, el estilo va variando, a veces son cruzados, a veces son rectos, con solapas anchas, más delgadas, pero sigue siendo lo mismo; en cuanto a los pantalones entre más delicado sea, mejor se haga, más trabajo se tiene", destacó Gerardo Tobón López, Sastre desde hace más de 50 años.
Para el primer trimestre de 2025 en México había 351 mil personas dedicadas a la sastrería, costura o confección de prendas para vestir, el 18.7% hombres y el 81.3% mujeres; del total el 93.3% eran trabajadores informales y el 5.7% estaban ocupados en un segundo empleo.
"Las hechuras ya mermaron, se dan muy poco; lo que nos afecta es que no haya trabajadores, sastres, ya no hay; hay personas que medio cosen, empiezan a trabajar y se van, pero no son sastres", añadió el maestro Gerardo.
Si bien, el salario promedio era de 2 mil 980 pesos, una jornada laboral de 4.46 días a la semana; el mayor ingreso fue percibido por hombre de 35 a 44 años y el menor por mujeres de 65 a 74 años.
"Aprendí gracias a mi papa, él me enseño las técnicas, lo correcto". "Así que la nueva generación de sastres que quiera aprender y no tenga quien les enseñe, yo con gusto lo puedo hacer, para que siga la tradición de la sastrería, porque la verdad ya casi no hay personas que les guste o quieran aprender", puntualizó el maestro Gerardo.
En la actualidad usualmente las mujeres que se ocupan en este histórico oficio van de los 25 a 44, en tercer lugar, de 45 a 54 años caso similar en varones; sin embargo, a partir de los 55 años es menos probable encontrar a un hombre dedicado a la sastrería.