"La manera en la que hemos organizado nuestros mercados viene de épocas prehispánicas, el más conocido es el famoso Mercado de Tlatelolco, que en su momento fue inmortalizado, pintado, por Diego Rivera", indicó Eduardo Ponce Alonso, Antropólogo Social, Especialista en Estudio de las Tradiciones.
El Mercado "La Purísima" se convierte en un área pluriétnica, intercultural, en ella coexisten poblaciones Nahua, Popoloca, Mazateca, Mixteca, entre otras de la región; es además un sistema de intercambio hibrido estructurado por tres subsistemas (mercantil, trueque y de ayuda mutua), mediante los cuales diversos sectores construyen técnicas de subsistencia socioculturales que se adaptan e insertan en el contexto nacional e incluso globalizado.
"Desde esa época las maneras, las redes de intercambio, sobre todo de redes comestibles, hacían no solo posible armar una sociedad, sino especializar a un grupo de personas que en este caso eran los Pochtecas", Eduardo Ponce Alonso, Antropólogo Social, Especialista en Estudio de las Tradiciones.
Se convierte en una opción de subsistencia (de reproducción social y supervivencia cotidiana); que incluso puede contemplarse desde los tipos de vendedores identificados en "Los mercados tradicionales del valle de Tehuacán-Cuicatlán: Antecedentes y situación actual" de 2011 en la revista Nueva Antropología: "los propios" (aquellos que traen productos provenientes de sus comunidades o de zonas aledañas, productores o acopiadores, en su mayoría mujeres), quienes compran a los propios sus productos en sus comunidades o en zonas de producción agrícola intensiva como Huixcolotla o el valle de Tepeaca, comerciantes con ventas en altos volúmenes a partir de la reventa y "ambulantes".
"Es ver muchos colores, muchos sabores, aromas, muchas cosas divertidas; es un lugar donde igual puedes entrar de short y tenis como un día llegar de saco y corbata, tranquilamente puedes entrar a consumir, a comprar y a alimentarte; tiene su encanto el mercado", explicó el doctor Miguel Antonio Mascarúa, Especialista en Economía.
El sistema de intercambio en "La Purísima" integra a todas las comunidades del valle y región al rededor del polo central económico que es Tehuacán, desde dos perspectivas: mestiza-urbana (nacional-global) y la segunda como una red regional de centros mercantiles indígenas, campesinos y populares urbanos. En un entorno donde incluso se genera compraventa de "chacharas u objetos de segunda mano", que se convierte en una estrategia para buscar equilibrio social mediante la adquisición de bienes revalorados.
"Al final es un ente orgánico, está vivo, donde confluye un sin fin de diversidad, económica, cultural, política; confluyen muchas aristas", detalló Samuel Amador Vázquez, Profesor Investigador en Ciencias Políticas y Sociales.
Todo ello se destaca en "Un sistema de intercambio hibrido: El mercado/tianguis La Purísima, Tehuacán-Puebla, México" de 2014 en la Revista de Antropología y Arqueología"; incluso el estudio abordó sobre los "recolectores", y los definió como personas que recorrían el mercado para recoger los residuos de los puestos, a cambio bienes para consumo o dinero.