La Secretaría de Salud reconoció (información de marzo de 2025) que las mujeres mexicanas tienen mayor predisposición que el resto del mundo a padecer Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP) debido a la genética.
"La prediabetes está afectando a la mayor parte de la población y está haciendo que se desarrolle este síndrome, porque la insulina es una hormona que va a favorecer que nuestras hormonas masculinas se eleven, va a favorecer el hiperandrogenismo", destacó la doctora Paola Veytia Trujillo, Ginecóloga y Obstetra.
"Tratamientos hormonales que a veces suelen ser muy agresivos y cuando llegan a consulta, he tenido casos de pacientes que han subido 20, 25 kilos, ha sido lo máximo que he llegado a ver; y suben de peso de manera rápida, en un mes", indicó Flor Sánchez, especialista en nutrición y ciencia de los alimentos, educadora en diabetes, y especializada en nutrición para enfermos renales.
Se estima que el SOP afecta a entre el 21 y 22% de las mujeres mexicanas aunque es previsible que haya subregistro de personas con este problema, porque no están diagnosticadas.
"Las pacientes que tienen este síndrome, se deben ser más alineadas y más disciplinadas con todo, desde las horas de sueño ya que es muy importante que se secrete la melatonina para que se pueda producir la esteroidogénesis, horas de alimentación, cuidar lo que comen, el ejercicio y el nivel de estrés que manejan, esto es piedra angular", añadió Veytia Trujillo.
Las mujeres con el síndrome son más propensas a padecer otras afecciones en su salud, como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, niveles altos de colesterol en la sangre, enfermedades cardiacas, cáncer endometrial, por lo que es necesario que busquen ayuda profesional de manera temprana.
"He visto casos de pacientes con bajo peso y porcentaje de grasa alto; el peso no precisamente es un indicador de salud, hay que evaluar otros parámetros, como un análisis de composición corporal. En realidad las metas deberían ser más allá del peso modificar los hábitos de alimentación", resaltó la nutrióloga Flor Sánchez.
La UNAM amplía el panorama, y define cuatro variantes del síndrome: mujeres con rasgos masculinos y alteraciones ovulatorias, con rasgos masculinos y ovarios quísticos, con alteraciones ovulatorias y ovarios quísticos, y aquellas que presentan rasgos masculinos, ovarios quísticos y alteraciones ovulatorias. Además engloba en tres grupos las causas: genéticas, hormonales y de aspectos metabólicos, de este último por ejemplo, la presencia excesiva de células almacenadoras de grasa, contribuye al SOP, ya que a partir de los adipocitos hay rutas por las cuales se produce andrógenos.
"La grasa corporal tiene poder esteroidogénico, es decir que a través de esa grasita se producen hormonas que en su mayoría van a producir hormonas masculinas así también se van a afectar algunas enzimas en el hígado y va a hacer que las pacientes tengan ptosis hepática", finalizó Veytia Trujillo.
Ginecólogos comparten que incluso pueden atender fenotipos muy floridos, es decir una sola paciente por SOP con obesidad, con datos de resistencia a la insulina, acantosis nigricans, con acné alopecia, con distribución de vello anormal (a nivel de los senos, abdomen, piernas, glúteos, ingles, con la característica de un vello púbico o que normalmente se presenta en hombres).
Frente a la complejidad del síndrome, ¿Qué implicaciones emocionales tiene en la vida de las mujeres que lo padecen y de sus relaciones sociales, afectivas, laborales, entre otras?