Desde su origen, traducido a "Cerro de los murciélagos" o "En el cerro de los murciélagos": en Náhuatl "tzinácatl= murciélago", "tépetl= cerro", y la "c como desinencia locativa"; San Sebastián Zinacatepec, surgido como municipio libre desde hace 130 años (en 1895), y debe contarse desde estos pequeños mamíferos con alas.
El "cerrito o calvario" ubicado a 4 kilómetros de la zona conurbada del municipio, es el epicentro histórico-cultural de los murciélagos Zinacatepenses.
Si bien la "Capilla del Señor de la Agonía" comienza a narrar su historia entre 1913 y 1915, con una leyenda que cuenta la aparición de un ser de blanco a un humilde campesino, a quien le pidió dicha construcción, y con la llegada del "Cristo" proveniente de España. "La Cueva de los Murciélagos" tomó relevancia a partir de los años 30´s, después de la edificación de la capilla, hecha con piedras de tepetate remolcadas en una carreta con yunta de bueyes, en 1931, la cual sustituyó a la primera realizada con carrizo.
"Son los que polinizan los magueyes, todo lo que existe en el cerro, en el campo; anteriormente decían que habían murciélagos que chupaban la sangre de los animales y la gente los atacó", indicó el señor Alfredo Jiménez de Jesús, habitante originario de San Sebastián Zinacatepec.
Zinacatepenses sostienen que existe una conexión entre "La cueva de los murciélagos", y el cerro de Coxcatlán. Cálculos hechos por la comunidad apuntan a que la cavidad subterránea tiene 20 metros de altura (desde su punto más alto), una profundidad de entre 50 y 100 metros y que en algún momento albergó a más de 300 quirópteros.
"Había agua dentro de esa cueva, se cree que en lo más profundo de la cueva hay una especie de río, donde hay plantas, ellos decían ´platanales, una vegetación muy diferente a la exterior", compartió Gladys Clemencia Rivera Domínguez, Cronista de San Sebastián Zinacatepec.
De 1936 a 1940 los señores Nicolás González Romualdo, Alfonso Hernández Hernández y un grupo de voluntarios recorrieron 40 metros de la cueva (la exploración más conocida por la comunidad); además de encontrar agua y vegetación densa, aseguraron que al interior hay túneles interconectados, ya que caminaron en círculos hasta involuntariamente salir del sitio.
"La abundancia de los murciélagos en aquellos tiempos era tanta, que de esa cueva salía una nube que se instalaba en la periferia del cerrito y provocaba lluvia, un fenómeno constante alrededor del cerrito, los pobladores, la comunidad decía que los murciélagos eran causantes de esa lluvia", profundizó Rivera Domínguez.
"Deberíamos de cuidar más, porque la cueva es el patrimonio cultural de Zinacatepec. Hay un grupo aquí que ha estado cuidando porque anteriormente estuvo muy abandonada", añadió el señor Alfredo.
La leyenda de la "nube" que salía del interior de la cueva a provocar constantes lluvias, llevó a que un grupo de pobladores le prendieran fuego al sitio, por ello las manchas de color negro que podían apreciarse a la entrada de la cavidad, sin embargo, otra versión apunta a que ese peculiar color fue producto del guano. Tras derrumbes, sismos y abandonó el acceso a la cueva se fue perdiendo.