 
                                    El abuso sexual infantil sigue siendo una problemática alarmante en Nayarit, con cifras que no dejan lugar a dudas sobre la gravedad de la situación. Según datos del Sistema de Información sobre Violencia Familiar y Sexual de Nayarit, en 2022 se reportaron 302 casos de abuso sexual infantil en el estado, lo que representa un aumento del 18% en comparación con el año anterior. La mayoría de las víctimas son menores de 14 años, y en muchos casos, los agresores son personas cercanas a la familia. Este problema deja secuelas psicológicas profundas en las víctimas, afectando su salud emocional y social por muchos años.
Las secuelas más comunes en los niños que han sido víctimas de abuso sexual incluyen trastornos de estrés postraumático, ansiedad, depresión y baja autoestima. Las víctimas también suelen presentar dificultades para relacionarse con otras personas, desarrollar conductas de riesgo como el consumo de sustancias ilícitas o incluso tener trastornos en sus hábitos alimenticios. Expertos en salud mental coinciden en que el proceso de sanación comienza en el momento en que la víctima comparte su experiencia con otra persona, creando una red de apoyo, que incluye tanto a la familia como a profesionales en psicología.
Uno de los mayores retos es identificar las señales de abuso en los menores, ya que los niños suelen ocultar o no saber cómo expresar lo sucedido. Los cambios drásticos en el comportamiento, como el aislamiento social o el miedo a ciertos adultos, son indicadores claros de que algo está ocurriendo. Los niños pueden volverse más introvertidos, o en algunos casos, desarrollan conductas más extrovertidas de lo normal. Además, los problemas de sueño, las pesadillas recurrentes, lesiones corporales inexplicables, y en las niñas, sangrados vaginales o anales, son señales físicas de abuso que no deben ser ignoradas.
La familia juega un papel fundamental en el proceso de sanación del niño. Es crucial ofrecer apoyo emocional sin caer en la revictimización, escuchando activamente sin presionar al menor a contar más de lo que se siente cómodo compartiendo. En Tepic, instituciones como Infantica, dirigida por la licenciada May García, se dedican a la prevención del abuso sexual infantil mediante talleres dirigidos a padres y cuidadores, brindando información vital sobre cómo reconocer los signos de abuso y actuar de manera adecuada. A medida que la comunidad toma conciencia, las herramientas para prevenir y tratar este tipo de abuso se vuelven esenciales para proteger a los más vulnerables.