La Navidad y año nuevo son fechas especiales para los adultos mayores, llena de recuerdos de tradiciones y celebraciones pasadas. En esta casa de descanso para adultos San Juan Bosco, las festividades comienzan temprano, con música suave y las luces que acompañan el ambiente. Para algunos, este lugar es su refugio de años, mientras que para otros, es temporal, pero diciembre siempre toca algo profundo en ellos.
César Ahumada comparte que ahí tratan de mantener vivo el espíritu navideño.
"Jugamos lotería, jugamos jenga, jugamos bolos" "Aquí la pasamos muy a gusto" "Yo aquí me quedo, ¿y vienen a visitarlo?, si" "Viene una sobrina" Cesar Ahumada, adulto mayor
Sin embargo, para Elizabeth Pérez la historia es distinta, desde hace ocho años, pasa las fiestas en esta casa de descanso y aunque recibe visitas, el anhelo por volver a su casa se intensifica en estas fechas.
"Me la paso aquí en esta casa" "Estuve de acuerdo en venir aquí pero ya no quiero estar aquí ""Ya es mucho tiempo, ya quiero salir "Ya estoy lista, soy funcional" Elizabeth Pérez, Adulto mayor
Datos de la Organización Mundial de la Salud confirman que cerca del 61% de las personas mayores que viven en casas de descanso o asilos pueden sentirse solas y alrededor del 35% sufrir soledad severa. (Gráfico y fuente)
"Nosotros tratamos de mantener el espíritu de la Navidad" "Tratamos de que haya música ambiental, tratamos de que haya decoración, tratamos incluso de que nuestro arbolito esté decorado" Alejandro Márquez, Doctor Gerontólogo
El gerontólogo Alejandro Márquez, reconoce que hay algo que ninguna institución puede reemplazar.
"Definitivamente el adulto mayor es un tipo de persona que extraña, extraña estas celebraciones navideñas, sobre todo yo creo que lo que más extraña es la integración con la familia. El yo formar parte de esta preparación de la Navidad, de esta decoración navideña, de este convivir con mi entorno. Y eso es algo que definitivamente nosotros no podemos suplir" Alejandro Márquez, Doctor Gerontólogo
Entre luces y recuerdos, cada adulto mayor vive la Navidad y Año Nuevo a su manera. No pide regalos, solo compañía: una visita, una llamada, un gesto que le recuerde que sigue siendo parte de una familia que, aunque esté lejos, no lo olvida.