El uso cotidiano del teléfono celular ha normalizado la descarga de aplicaciones sin prestar atención a los permisos que estas solicitan. Entre notificaciones rápidas y botones de "aceptar", miles de usuarios permiten el acceso a información sensible sin conocer a fondo lo que están autorizando.
"Normalmente las aplicaciones que instalamos requieren ciertos permisos para poder funcionar. Por ejemplo, las aplicaciones de servicios de comida... requieren la ubicación de la persona, requieren a veces un poquito sobre la información personal del que está usando el teléfono, pero muchas veces hay otro tipo de aplicaciones que piden permisos extras que la verdad no tienen sentido... acceso a tu micrófono, acceso a tu galería, acceso a tus contactos" Miguel Sánchez, ingeniero en sistemas
En muchos casos, estos permisos permiten que las aplicaciones mantengan activa la cámara o el micrófono del dispositivo, incluso cuando no se está usando. Esta situación ha despertado preocupación entre expertos en tecnología, quienes advierten que la vigilancia no siempre es evidente. De acuerdo con el Instituto Nacional de Transparencia (INAI), 7 de cada 10 mexicanos no revisa los términos y condiciones de las aplicaciones móviles antes de instalarlas.
"Estas aplicaciones pueden activar tu micrófono y lo pueden tener activado día y noche, aunque tú no tengas el teléfono a la mano, aunque lo dejes en tu mesita de noche... Estas aplicaciones pueden estar accediendo constantemente a la cámara, al micrófono, a tus contactos, a tu galería y a todo lo que tengas en tu teléfono." Miguel Sánchez, ingeniero en sistemas
Otro punto clave es la desconfianza hacia aquellas aplicaciones que condicionan su uso a cambio de permitir el acceso total a funciones del celular. En estos casos, la sugerencia es buscar alternativas más seguras que no comprometan la privacidad del usuario.
"Las aplicaciones que no te permiten instalarse sin que les des los permisos, pues muy probablemente quieran tu información... así que en este caso lo mejor sería tratar de buscar una alternativa, alguna aplicación externa, alguna aplicación diferente" Miguel Sánchez, ingeniero en sistemas
Aunque la tecnología facilita la vida diaria, también representa riesgos cuando se trata de privacidad. Muchas aplicaciones, al ser instaladas, solicitan permisos innecesarios que pueden convertir al propio teléfono en una herramienta de vigilancia. Proteger la información personal no depende únicamente de regulaciones, sino del criterio con el que cada usuario decide qué permitir y a quién darle acceso.