"si de verdad el diálogo y la comunicación del pueblo de Xalisco hubiera sido prioritario, este conflicto no hubiera escalado a los niveles que llegaron". - Anabel Guerrero, presidente municipal de Xalisco.
"Hoy para evitar roses, evitar dimes y diretes, intercambios con el personal de la presidenta nos trasladamos más hacia allá donde menos les estorbemos". - Alejandro Guzmán, representante del Movimiento Ciudadano "Xalisco Unido".
Así, de desobedientes, rebeldes e ingobernables. Así han sido calificados los manifestantes que hasta este jueves 11 de diciembre mantenían tomadas las instalaciones del palacio municipal de Xalisco, a tan sólo 10 minutos de la capital del estado, en protesta por lo que señalan como deficiencias en los servicios públicos y una presunta mala administración de la alcaldesa Anabel Guerrero, desvíos de recursos, mala atención ciudadana, y falta de gobernabilidad.
"4 meses duró cerrada la presidencia municipal, no tuvo trámites correspondientes y hoy ya se apertura, diálogo ha habido permanentemente a través de diversas dependencias". - Jaime Cervantes, diputado local.
El movimiento social inició el 24 de agosto, cuando decenas de familias inconformes marcharon por las principales avenidas, un día después, el 25 de agosto, acudieron al Congreso del Estado para presentar la solicitud formal de revocación de mandato.
"El comité ciudadano de Xalisco seguirá presente en el honorable ayuntamiento de Xalisco, donde ahora sí se les brindará un espacio seguro y con servicios básicos para que sigan su lucha". - Alejandro Guzmán, representante del Movimiento Ciudadano "Xalisco Unido".
El punto más álgido ocurrió con la toma de la presidencia municipal y el bloqueo al ingreso de trabajadores, una acción que especialistas advierten podría caer en desobediencia constitucional.
"Yo espero que esta situación que vivimos nos haya servido a todos que siempre la solución a los conflictos tiene que ser el diálogo". - Anabel Guerrero, presidente municipal de Xalisco.
La disputa plantea un dilema de fondo: ¿hasta dónde llega el derecho ciudadano a manifestarse sin vulnerar la gobernabilidad ni afectar los derechos de terceros?