En lo más profundo de la sierra de Nayarit, donde los caminos son escasos y el traslado puede tomar horas ?o incluso días?, el acceso a medicamentos sigue siendo uno de los mayores retos para las comunidades. En localidades como Potrero de la Palmita, en el municipio de Del Nayar, la llegada mensual de insumos médicos marca la diferencia entre atender una emergencia o enfrentarla sin recursos. Aquí, la logística se convierte en una tarea tan importante como la atención médica misma.
Desde Tepic, los medicamentos parten del almacén estatal del IMSS Bienestar rumbo a regiones donde el asfalto se termina y comienza el trayecto más complejo. En el caso de Potrero de la Palmita, el traslado no se limita a carretera: el personal debe utilizar ambulanchas adaptadas para navegar ríos y acortar tiempos de recorrido. Lo que por tierra podría significar hasta un día completo de viaje, por agua se reduce de manera considerable, permitiendo que los insumos lleguen en mejores condiciones y con mayor regularidad.
Esta dinámica forma parte de un esquema que conecta a 17 hospitales y cerca de 300 centros de salud distribuidos en todo el estado. Gracias a esta red, las comunidades más alejadas, muchas de ellas de población indígena wixárika, pueden recibir medicamentos básicos, material de curación e insumos hospitalarios de manera constante. En clínicas rurales como la de Potrero de la Palmita, el abasto beneficia directamente a unas 600 personas que dependen casi por completo de estos servicios para su atención médica.
Para las familias que habitan en la sierra, cada entrega representa tranquilidad y esperanza. No se trata solo de cajas con medicinas, sino de la posibilidad real de atender enfermedades comunes, controlar padecimientos crónicos y responder a urgencias. En un estado con una geografía tan diversa y desafiante como Nayarit, llevar la salud hasta donde parece inalcanzable sigue siendo una tarea compleja, pero vital, que impacta de forma directa en la calidad de vida de quienes viven lejos de las ciudades.