La vida universitaria, con sus exigencias académicas y personales, puede afectar significativamente la salud emocional de los estudiantes. Esta situación se intensifica en quienes cursan carreras del área de la salud, donde la presión constante, las largas jornadas y contextos familiares difíciles contribuyen al desgaste psicológico. En la Universidad Autónoma de Nayarit, un estudio reveló que uno de cada cuatro estudiantes de este sector consume ansiolíticos o antidepresivos, principalmente jóvenes de entre 18 y 24 años.
"Existen diversos factores el más importante que hay y que es una pandemia silenciosa, es un incremento de casos de manera silenciosa porque muchas de las veces el paciente no expresa lo que siente, no expresa las raíces de los problemas que trae, es la depresión" Agustín Carrillo, epidemiólogo
El problema va más allá del rendimiento escolar. La investigación reveló que el 57% de quienes toman estos medicamentos lo hacen por ansiedad y el 22% por depresión. La sobrecarga académica, jornadas clínicas intensas y la competencia por destacarse, colocan a muchos de estos jóvenes al límite emocional, optando por medicarse antes que buscar ayuda psicológica formal.
"Pueden recurrir a estos psicofármacos, principalmente antidepresivos y ansiolíticos, y empezarlos a tomar sin tener un médico que se los indique." Agustín Carrillo, epidemiólogo
Quienes atraviesan este tipo de cuadros suelen presentar cambios sutiles pero significativos en su comportamiento: apatía, dificultad para concentrarse, estados de alerta constantes o desconexión emocional. La detección temprana por parte de docentes o compañeros podría ser clave para canalizar los casos hacia atención especializada.
El abordaje terapéutico debe incluir escucha activa, intervención profesional y desarrollo de herramientas emocionales para afrontar la ansiedad o la depresión. Lo farmacológico puede estabilizar, pero no sustituye el proceso de sanación.
"El medicamento no cura" "Se necesita esta ayuda psicológica, esta ayuda de platicar, de recibir terapias" Agustín Carrillo, epidemiólogo
Los psicofármacos se han convertido en el recurso de emergencia para estudiantes que no encuentran otra manera de manejar su salud mental. Hablar del tema con apertura y responsabilidad es el primer paso para construir universidades más humanas, donde el cuidado emocional sea tan importante como el rendimiento académico.