El rechazo a la autoridad parental (RAP) se manifiesta cuando un hijo ignora o desafía las normas y deseos de sus padres. Especialistas señalan que este comportamiento puede surgir durante la adolescencia, por la búsqueda de identidad, la influencia de uno de los progenitores o la falta de una figura equilibrada en el hogar. La ausencia de disciplina, ya sea por exceso de trabajo o desinterés de los padres, aumenta el riesgo de que los jóvenes caigan en conductas como el consumo de drogas y otras adicciones, que se han visto elevadas así como los internamientos por esta causa.
"Julio siempre es un mes que aumenta, a diferencia de enero a julio, pero desde que yo llegué debo decir que he mantenido las cifras y no han dejado de llegar pacientes". -Dinorah Partida Camacho, directora del centro de rehabilitación MARAKAME en Tepic, Nayarit.
Existen dos formas principales de rechazo a la autoridad parental. Una surge cuando los hijos son excesivamente consentidos por padres permisivos, lo que puede generar alienación. La otra está relacionada con la inseguridad y la falta de afecto. Especialistas alertan que hoy muchos niños pasan largas horas frente a dispositivos electrónicos, dejando que la tecnología asuma un papel central en su crianza.
"Lo que pasa que si alguien no es capaz de autorregular sus emociones todo puede suceder, no como bien, como de más o no como, me aislo, tenemos un buen número de pacientes antisociales; es decir, están retirados , no quieren convivencia por que ellos están en su mundo, entonces es una situación realmente complicada porque no son funcionales, ante la sociedad no son funcionales". -Dinorah Partida Camacho, directora del centro de rehabilitación MARAKAME en Tepic, Nayarit.
El rechazo a la autoridad parental, que puede generar aislamiento y sentimientos de incomprensión, también puede derivar en consecuencias graves como el suicidio. En México, la tasa de suicidios entre jóvenes de 15 a 29 años ha aumentado en los últimos 30 años, pasando a 8.1 muertes por cada 100 mil personas, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT). Esto plantea una pregunta inquietante: ¿qué tipo de hijos estamos criando?