En distintas ciudades del país, la presencia de franeleros ha encendido el debate sobre el uso indebido del espacio público y la permisividad de las autoridades; lo que comenzó como una forma informal de ganarse la vida se ha transformado en una práctica que muchos consideran una forma de extorsión: cobrar por estacionarse en calles que son de libre acceso.
Mientras en ciudades como Guadalajara o la Ciudad de México se han implementado operativos para frenar este fenómeno, en Tepic la situación empieza a replicarse durante los partidos de béisbol en el Coloso del Pacífico, donde la ocupación de la vía pública genera cada vez más inconformidad.
Cuando los aficionados buscan estacionamiento en las vialidades de la colonia Santa Teresita, enorme sorpresa se llevan cuando tratan de dejar sus vehículos sobre la calle Trabajo, en la que se observan cubetas que apartan lugares.
El pretender tener un espacio "en la calle" para ver el juego de béisbol tiene un costo de 100 pesos; pero esos lugares no los apartan los propietarios de las casas, sino una persona que ya está haciendo su negocio como "franelera".
Los vecinos mencionan que una mujer es quien se ha apropiado de la calle para cobrar a los automovilistas por estacionarse, llegando a ocupar hasta 15 lugares con cubetas y objetos; los residentes denuncian que, pese a sus constantes reclamos, la mujer responde con groserías y mantiene la práctica, lo que ha generado confrontaciones continuas entre automovilistas y los dueños de las casas.
En conclusión:, Tepic, además de vivir la emoción del béisbol profesional de altura, empieza a enfrentar los conflictos que otras ciudades ya conocen: personas que se apropian de la vía pública para hacer negocios cuestionables, afectando a vecinos y aficionados por igual.