En los últimos años, los salarios en México han registrado un incremento nominal y real; sin embargo, el aumento del ingreso no ha sido suficiente para hacer frente al encarecimiento del costo de vida, especialmente en materia de vivienda.
Según información del portal especializado Propiedades.com, el precio de las viviendas en alquiler aumenta a un ritmo mucho más acelerado que los salarios.
Entre las principales causas de este fenómeno destacan la alta demanda habitacional, el rezago en la construcción de vivienda asequible, y la creciente preferencia por casas y departamentos como opciones de inversión. A ello se suma un factor social que se ha intensificado en diversas ciudades del país: la gentrificación, que ha impulsado el incremento de precios en zonas urbanas con alta concentración de servicios y atractivo turístico o económico.
El Estado de México no ha sido la excepción. Al igual que en la Ciudad de México, el territorio mexiquense registra niveles de renta elevados. De acuerdo con Propiedades.com, el precio promedio de renta alcanza los 40 mil pesos para una casa y 40 mil 383 pesos para un departamento, lo que marca una brecha considerable entre los ingresos y el costo habitacional. En promedio, la diferencia entre el salario y el precio de renta representa un 22.9% para casas y 6.0% para departamentos, cifras que evidencian el rezago del poder adquisitivo frente al mercado inmobiliario.