El Estado de México cuenta con una gran diversidad de bebidas tradicionales, cada una con sabores, aromas y técnicas que reflejan la riqueza cultural de la región.
En Tenancingo se produce el licor artesanal Moscos, mientras que en Jiquipilco, Texcoco, Tepotzotlán y Almoloya de Juárez destaca el pulque, natural o curado con frutas. En Toluca y el Valle de Toluca son típicos el atole de maíz con cacao y el tepache, un fermentado de piña y piloncillo.
Además, en Malinalco y Valle de Bravo se elaboran mezcales y licores de frutas como guayaba, ciruela o manzana, y el chocolate caliente de metate sigue siendo un clásico en mercados y ferias de la región. Estas bebidas mantienen vivas las tradiciones y la identidad del Estado de México.