Las casas de empeño se han convertido en un pilar financiero para miles de familias de clases bajas y medias que buscan soluciones rápidas y accesibles ante las presiones económicas del día a día.
Este modelo de crédito prendario, uno de los más antiguos de México, ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años, consolidándose como una alternativa viable para quienes no tienen acceso a la banca tradicional.
Según datos recientes de la Secretaría de Finanzas del Estado de México, en 2025 se registraron 613 casas de empeño, un aumento frente a las 589 de 2024 y un salto significativo desde las 436 que operaban hace cinco años.
La popularidad del crédito prendario radica en su accesibilidad y rapidez. Desde joyas y electrónicos hasta autos y motocicletas, los bienes aceptados son variados, lo que permite a las familias obtener dinero en cuestión de horas
La más reciente Encuesta Nacional de Inclusión Financiera reporta que el 38% de la población mexicana de 18 a 70 años ha recurrido a préstamos, y de estos, el 20% optó por casas de empeño.
El mercado de las casas de empeño en el Estado de México y Toluca no muestra signos de desaceleración. Mientras las condiciones económicas sigan limitando el acceso al crédito formal, estas instituciones seguirán siendo un salvavidas económico.