En la era digital, el fenómeno de la ludopatía ha evolucionado hacia una nueva forma de adicción: la ciberludopatía. Esta problemática, cada vez más común, se alimenta de la popularización de las plataformas de juegos de azar en línea, que se presentan como "casinos digitales". Este auge ha desencadenado una preocupante tendencia que afecta principalmente a personas jóvenes, ocasionando daños emocionales, comportamentales y sociales significativos.
Según cifras de la Panamerican Health Organization, el 50,4% de los apostadores en línea tienen entre 18 y 34 años. De los cuales el 17,4% de ellos se encuentran en la franja de edad más joven que va hasta los 24 años.
Estrategias como el registro gratuito, la falta de filtros confiables para detectar a menores de edad y las gratificaciones periódicas que incentivan a seguir apostando son algunas de las tácticas empleadas para fidelizar a los jugadores.
Las apuestas deportivas son una de las apuestas online más extendidas, especialmente entre los jóvenes.
Los "tipsters", supuestos "expertos" en la pronosticación de apuestas deportivas, se han convertido en figuras populares en redes sociales, atrayendo a jóvenes seguidores que buscan ganar dinero fácil, sin ser conscientes del riesgo de fraude que conlleva este tipo de apuestas.
La ciberludopatía no solo representa un riesgo para la salud individual, sino también un desafío para la salud pública y el bienestar social en general.