El incremento de juicios promovidos por trabajadores y pensionados contra el ISSEMyM refleja la creciente lentitud burocrática del instituto y también una posible insolvencia estructural que ha detonado una crisis sin precedentes.
Durante las comparecencias recientes ante el Poder Legislativo, los directivos del organismo reconocieron que el ISSEMyM ya no cuenta con reservas para pagar pensiones, por lo que depende directamente de los recursos del sector central del Gobierno del Estado de México para cumplir con sus obligaciones mínimas.
Instituto descapitalizado
De acuerdo con el estudio actuarial elaborado en 2023 por la empresa Lockton México, él año de descapitalización se fijó en 2024, y ese mismo documento muestra que, aun con ingresos anuales al Fondo de Pensiones por más de 15 mil 385 millones de pesos y activos calculados en 87 mil 548 millones, el déficit actuarial del ISSEMyM supera el billón de pesos.
Las cifras también evidencian que el sistema opera al límite. Solo en 2023, el pago de pensiones absorbió casi 60 por ciento del presupuesto total del ISSEMyM, mientras que la relación entre trabajadores activos y pensionados se ha reducido a apenas cuatro cotizantes por cada jubilado, cuando los sistemas sostenibles requieren al menos ocho o nueve.
Esta presión demográfica ha provocado que el número de pensionados creciera aceleradamente, alcanzando más de 92 mil beneficiarios en los últimos registros, lo que incrementa de manera directa la carga financiera del instituto.
A ello se suma que, desde 2024, el ISSEMyM depende completamente de los recursos del Gobierno del Estado de México para cubrir sus pagos mensuales, pues sus reservas técnicas se agotaron.
Esta dependencia compromete la estabilidad del sistema y la seguridad económica de mile
s de trabajadores y jubilados.