A través de concesiones, rentas de espacios o acuerdos con las autoridades, lo que debería ser patrimonio de la comunidad se transforma en terreno para el comercio. Lo que en un principio fueron excepciones para eventos o ferias temporales, hoy se ha convertido en una práctica recurrente. El resultado es una ciudad con menos espacio para caminar, convivir o disfrutar del entorno, donde el interés privado gana terreno sobre el bien común. Desde 2023, el Ayuntamiento de Toluca ha entregado al menos 18 concesiones o comodatos para el uso privado de espacios públicos. Toluca cuenta con más de 70 espacios verdes, más de 300 espacios deportivos y mil 700 tramos de banqueta. En este contexto, se ha permitido la instalación de food trucks, puestos de comida y venta de postres en espacios públicos durante eventos oficiales como el Festival Food Truck y el DIFTruck?s Navideño, también es habitual que durante festividades como la Feria del Alfeñique, plazas y banquetas sean ocupadas temporalmente por vendedores privados de alimentos y dulces tradicionales.
En Toluca, los espacios públicos son cada vez más usados para actividades comerciales privadas, lo que reduce el espacio para el uso colectivo y recreativo. La privatización de banquetas por comercio informal es permanente, a pesar de la normativa vigente.
El Bando Municipal y el Reglamento de Actividad Comercial regulan esta situación, prohibiendo el comercio sin licencia en el Centro Histórico, camellones y banquetas.
La privatización de los espacios públicos, ya sea mediante concesiones legales o por la ocupación informal, representa un desafío para el acceso equitativo y el uso colectivo de la ciudad. Aunque algunas actividades comerciales cuentan con permisos, la creciente presencia del comercio informal en banquetas y otros espacios limita la movilidad y reduce las áreas destinadas al disfrute y convivencia de la ciudadanía.