Jalix salió de su domicilio en punto de la una de la tarde, para nunca volver, al frente de su cortejo fúnebre caminaba una de sus hermanas con su fotografía entre las manos, aferrándose al recuerdo de la menor de edad.
Más de 300 personas se congregaron para acompañar a Jalix a su última morada, no sin antes ofrecerle una misa de cuerpo presente