La movilidad social educativa en México ha disminuido en el último periodo de ocho años, al pasar de 72 a 67 por ciento la proporción de jóvenes de entre 18 y 24 años que lograron más años de escolaridad que sus padres, de acuerdo con el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
En contraste, los jóvenes que alcanzaron menor nivel educativo que sus padres aumentaron de 18 a 21 por ciento entre 2016 y 2024, lo que evidencia un retroceso en la movilidad educativa del país.
El CEEY señala que la escolaridad de los padres sigue siendo un factor determinante en las oportunidades de sus hijos. Según su análisis basado en la Encuesta ESRU de Movilidad Social 2023, las personas con padres con estudios profesionales tienen siete veces más probabilidad de alcanzar ese mismo nivel que quienes provienen de hogares con educación primaria o menor.
Además, los hogares con padres de baja escolaridad cada vez reciben menos apoyo educativo. En 2016 concentraban el 50 por ciento de las transferencias educativas; para 2024, esa proporción se redujo al 25 por ciento.
El CEEY advierte que, aunque las transferencias monetarias para la educación deberían concentrarse en los sectores con mayores desventajas, el esfuerzo por revertir la baja movilidad social y la estratificación educativa se ha debilitado en los últimos años.