El caso de doña Carlota, una mujer de la tercera edad que arremetió con un arma de fuego contra presuntos invasores de su domicilio, ha puesto bajo los reflectores una realidad alarmante: la proliferación de grupos dedicados al despojo de viviendas, particularmente en zonas de alto crecimiento urbano como el Valle de México.
De acuerdo con datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el delito de despojo en el Estado de México creció un 68.1% del primer bimestre de 2019 al mismo periodo de 2025. Esta situación se agrava en municipios con una alta concentración de desarrollos habitacionales de interés social, muchos de los cuales fueron adquiridos mediante créditos del Infonavit pero no llegaron a ser habitados por sus dueños.
Entre los municipios más afectados se encuentran Tecámac, Zumpango, Ixtapaluca, Chalco, Valle de Chalco, Ecatepec y Tultitlán
La situación no es distinta en el Valle de Toluca. En el fraccionamiento Colinas del Sol, en el municipio de Almoloya de Juárez, se reportan una gran cantidad de casas abandonadas.
La mayoría de estos inmuebles fueron dejados por sus propietarios debido a su lejanía de los centros laborales, la falta de servicios públicos como agua potable, y las condiciones de inseguridad que imperan en la zona. Este abandono ha propiciado que los llamados "okupas" tomen posesión de estos espacios, generando un entorno de creciente violencia para quienes aún habitan en el área.
Ante la escasez de vivienda social y el encarecimiento del mercado inmobiliario formal, muchas personas optan por habitar casas vacías aunque ello implique incurrir en el delito de despojo