En el mundo de las apariencias, donde una imagen bien cuidada puede abrir puertas o levantar el ánimo, la estética se ha convertido en mucho más que un lujo: es una necesidad cotidiana. De acuerdo con un análisis de MarketData México, el Estado de México se ha posicionado como el principal generador de ingresos en este sector, con un estimado de 4 mil 700 millones de pesos anuales
Entre tijeras, secadoras y espejos, se forjan historias como la de Artemio Báez, oriundo del municipio de Rayón, comenzó cortando el cabello de sus amigos por simple curiosidad, sin imaginar que aquel pasatiempo se convertiría en su destino.
Después de trabajar en una tienda departamental, el llamado de las tijeras fue más fuerte. Dejó atrás la rutina del mostrador y se adentró en el mundo de la peluquería, han pasado treinta años desde que eligió ese camino, tres décadas de aprender, equivocarse y reinventarse.
En una industria cada vez más competitiva, donde las tendencias cambian al ritmo de las redes sociales y las modas globales, la formación constante es su herramienta más valiosa. Artemio no teme al cambio, al contrario, lo abraza
Como un apasionado de su oficio, alguien que se entrega por completo a cada corte, a cada color, a cada sonrisa reflejada en el espejo.
Y así, entre el zumbido de las máquinas y el brillo de los espejos, el maestro Artemio sigue demostrando que en el negocio de la estética no solo es un creciente motor económico y cultural, sino también transforma la vida de quienes confían en el arte de sus manos.