La alarmante diversificación de las actividades del crimen organizado en el Estado de México, que ha migrado del narcotráfico a otros delitos de alto impacto como la extorsión y el robo, encuentra una de sus causas principales en los altos índices de corrupción dentro de los gobiernos locales y estatales, según especialistas.
Aldo Muñoz Armenta, investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), subraya que la capacidad de las células criminales para expandir su "portafolio" de ingresos no es un fenómeno espontáneo. Esta migración hacia nuevas fuentes de financiamiento, como la extorsión a negocios y la trata, es facilitada por la complicidad y la inacción a nivel gubernamental.
"La migración del crimen organizado a otros delitos se puede dar gracias a los altos índices de corrupción en los gobiernos locales, que les permiten abrir la puerta a otras fuentes de financiamiento," señaló Muñoz Armenta.
El especialista precisó que no solo se trata de una omisión, sino de una colaboración activa. Los gobiernos municipales y estatales son señalados como posibles proveedores de la información necesaria que permite a los grupos delictivos operar con impunidad en sus nuevas actividades.
Esta dinámica de corrupción no solo facilita la expansión de grupos delictivos, sino que también contribuye al incremento de los delitos que afectan directamente la vida cotidiana de los ciudadanos, como el "cobro de piso" y el robo de vehículo.
La perspectiva del experto de la UAEMex se alinea con la tendencia nacional donde la fragmentación de grandes cárteles ha impulsado a grupos residuales a buscar el control territorial y los mercados ilegales locales para obtener financiamiento, siendo la corrupción el factor habilitador clave en el territorio mexiquense.