En los últimos años, el Valle de Toluca ha experimentado transformaciones urbanas que, aunque a simple vista parecen positivas, esconden fenómenos sociales complejos.
La llegada de población extranjera, así como de nuevos desarrollos inmobiliarios, centros comerciales y corredores de vivienda vertical, ha encarecido los costos de vida. Este fenómeno, conocido como gentrificación, ha obligado a familias de larga tradición en estas zonas a desplazarse hacia la periferia, incapaces de cubrir el aumento en rentas y servicios.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI, en el Estado de México viven cerca de 65 mil personas extranjeras, de las cuales unas 30 mil son estadounidenses, 5 mil 200 venezolanas y 4 mil 900 colombianas.
En municipios como Toluca y Metepec, donde se concentra buena parte de la población extranjera, la gentrificación no solo afecta la economía de los habitantes originales, también modifica el tejido social.
Según el director de la revista Papel de Población de la UAEMEX Juan Gabino González, municipios como Lerma, Toluca, Metepec, Almoloya de Juárez y San Mateo Atenco se han convertido en los destinos preferidos de los inmigrantes con mayores ingresos, lo que refuerza la transformación urbana y la presión sobre los precios de vivienda en la región.
Las calles que antes eran espacios de convivencia comunitaria se transforman en zonas privatizadas, con dinámicas de consumo orientadas a clases medias y altas. Debido a esta nueva dinámica, se suma la xenofobia, que se manifiesta en actitudes de rechazo hacia los migrantes, tanto en redes sociales como en conflictos comunitarios.
Aunque en el Valle de Toluca este fenómeno no es tan común, algunos habitantes locales y expertos perciben a la población extranjera como una competencia por vivienda y empleo, generando tensiones que dificultan la integración y profundizan las divisiones sociales en la región.
En 2023, la Organización Internacional para las Migraciones lanzó la campaña "Hilos que nos unen, historias más allá de las fronteras", que busca generar cambios de comportamiento positivos en México. A pesar de ello, expertos advierten que, si no se implementan acciones de inclusión y respeto hacia las personas migrantes asi com a los locales, el Valle de Toluca podría replicar la misma dinámica que se ha observado en la Ciudad de México, donde se han registrado manifestaciones de odio y discriminación contra comunidades extranjeras.