La primera infancia, que abarca desde el nacimiento hasta los cinco años, es una etapa crucial en el desarrollo humano. La nutrición*desempeña un papel fundamental en el desarrollo cognitivo de los niños.
Nutrientes esenciales como proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales son vitales para el funcionamiento adecuado del cerebro.
La desnutrición infantil sigue siendo un desafío considerable en el Estado de México. Según datos del Instituto Nacional de Salud Pública, aproximadamente 1 de cada 6 niños menores de cinco años un 16% en la entidad presenta algún tipo de desnutrición.
Profundizando en las cifras, el DIF estatal ha reportado una prevalencia del 7.7% de desnutrición en menores de primer grado de primaria, lo que se traduce en un total de 261 mil 734 casos.
De acuerdo con los registros de este organismo, el 4.1% de los niños tienen bajo peso, el 12.8% presentan baja talla y el 0.8% sufren de emaciación o adelgazamiento extremo.
La Red por los Derechos de la Infancia, que reporta que el Estado de México ocupa el sexto lugar a nivel nacional en desnutrición crónica infantil. La desnutrición crónica, a diferencia de la aguda, es el resultado de una alimentación deficiente a lo largo del tiempo y tiene efectos permanentes en el crecimiento físico y neurológico de los menores.
La falta de acceso a alimentos adecuados, combinada con altos niveles de pobreza, son factores clave que perpetúan esta situación.