El organismo del Ministerio de Defensa israelí encargado de supervisar los asuntos civiles en los territorios palestinos, Cogat, aseguró este martes que "no hay señales de un fenómeno de desnutrición generalizada" en la Franja de Gaza, en respuesta a las advertencias recientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y diversas organizaciones humanitarias sobre un posible escenario de hambruna.
En un comunicado, Cogat afirmó que sus evaluaciones sobre el terreno y datos recopilados de fuentes médicas y logísticas no muestran un deterioro nutricional a gran escala entre la población gazatí. La autoridad israelí sostiene que continúa facilitando la entrada de ayuda alimentaria y productos básicos al enclave, en coordinación con agencias internacionales.
Estas declaraciones contrastan con los reportes de Naciones Unidas y ONG como Médicos Sin Fronteras o el Programa Mundial de Alimentos, que desde hace semanas alertan de una crisis alimentaria "cada vez más severa" debido a las restricciones de entrada de suministros, la destrucción de infraestructuras y el desplazamiento masivo de civiles.
La ONU advirtió que la inseguridad alimentaria afecta ya a la mayoría de los 2,2 millones de habitantes de Gaza y que miles de niños presentan signos de desnutrición aguda. "Sin un acceso humanitario pleno y seguro, el riesgo de hambruna es inminente", insistió este martes Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general.
La discrepancia entre las evaluaciones israelíes y las de organismos internacionales se produce en medio de crecientes tensiones diplomáticas y presiones para que Israel flexibilice los controles fronterizos y permita un flujo más ágil de ayuda. Mientras tanto, la población civil de Gaza sigue afrontando una crisis humanitaria marcada por la escasez de alimentos, medicinas y agua potable.