La hiperconexión, crecen conexiones digitales, pero millones aún quedan atrás
En 2024, más de 100 millones de personas en México accedían a internet, lo que representa aproximadamente el 83.1?por ciento de la población de seis años o más, un crecimiento de casi dos puntos porcentuales respecto al año anterior.
El uso intensivo de dispositivos móviles impulsa esta tendencia: el 97.2?por ciento de los internautas mexicanos se conecta mediante un smartphone, mientras que alrededor del 43.6?por ciento lo hace desde un televisor inteligente y solo el 35.9? por ciento desde una computadora .
El Estado de México cuenta con cerca de 14 millones de usuarios de internet, lo que representa más del 80?por ciento de su población, y una cobertura en el 74 por ciento de los hogares, con mayores niveles de conexión en municipios urbanos como Cuautitlán y Naucalpan.
El promedio de uso diario es de 4.4 horas, y entre jóvenes de 18 a 24 años alcanza las 5.7 horas. El 95 por ciento de los usuarios se conecta desde casa, él 58 por ciento lo hace desde espacios móviles.
La hiperconectividad ha cambiado profundamente la vida cotidiana en el Estado de México, facilitando el acceso a la información, la educación y el trabajo remoto. Sin embargo, persisten retos importantes, como la brecha tecnológica entre zonas urbanas y rurales. Aunque el 85.5?% de la población urbana se conecta a internet, en áreas rurales solo lo hace el 66?por ciento.
Además, cerca del 21?por ciento de los mexiquenses viven en comunidades rurales, muchas de ellas con acceso limitado a infraestructura digital.
Aunque la infraestructura digital ha registrado avances importantes en el Estado de México, especialmente con la expansión de redes de banda ancha mediante fibra óptica en municipios urbanos como Naucalpan, Tlalnepantla, Cuautitlán y Huixquilucan, donde operan múltiples proveedores, las zonas rurales siguen enfrentando serias limitaciones.
Iniciativas como la Red Compartida y "Internet para el Bienestar" han llevado conectividad básica a comunidades marginadas, pero el alto costo de instalación en áreas dispersas y de difícil acceso continúa frenando su desarrollo.
