La economía informal en el Estado de México se ha convertido en una realidad persistente que impacta de manera significativa a los comercios formalmente establecidos.
De acuerdo con datos recientes de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, más del 50% de la población ocupada en la entidad labora en condiciones de informalidad. Esto significa que hasta seis de cada 10 empleos en el Estado de México se desarrollan fuera de los marcos legales y regulatorios, lo que representa una cifra superior a los 4 millones de mexiquenses.
En la ciudad de Toluca, esta problemática se intensifica los fines de semana, cuando el comercio informal se incrementa entre un 25% y un 30%, particularmente en calles como Lerdo, Juárez, Isidro Fabela y en la zona aledaña a la Terminal de Autobuses.
Para quienes transitan a diario por las calles de la capital mexiquense, la presencia de vendedores ambulantes se ha convertido en una escena cotidiana, casi parte del paisaje urbano. Sin embargo, para los comerciantes establecidos esta normalización representa una clara forma de competencia desleal.
Un caso reciente que ha generado controversia es el de la zona de la Terminal de Autobuses de Toluca, donde tras cuatro meses de prohibición, los comerciantes ambulantes regresaron a instalarse alegando tener un amparo que les permite ejercer su actividad en dicha área.
Esta situación ha puesto en jaque a los locatarios del Mercado Juárez, quienes aseguran que la presencia de estos vendedores ha generado un ambiente de inseguridad que ahuyenta a su clientela y merma sus ingresos
A nivel nacional, la economía informal contribuyó con aproximadamente el 25% del Producto Interno Bruto en 2024, con un valor real absoluto de 5.9 billones de pesos,