México continúa rezagado en la inversión pública en el rubro educativo. Según datos recientes, el gasto público por estudiante en el país es de apenas 3 mil 513 dólares anuales, cifra que representa sólo una cuarta parte del promedio de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), cuya inversión alcanza los 14 mil 209 dólares por estudiante.
Esta diferencia coloca a México en el último lugar entre las 38 naciones que conforman la OCDE, evidenciando una profunda brecha en la asignación de recursos para el fortalecimiento del sistema educativo.
A nivel nacional, la inversión educativa representa el 4.2% del Producto Interno Bruto, una cifra también por debajo del promedio del organismo internacional, que es de 4.9%. Esta diferencia, aunque puede parecer marginal, se traduce en limitaciones estructurales que afectan directamente la calidad de la educación en niveles primario, secundario y terciario