En México, 10 millones de personas padecen osteoporosis, una enfermedad silenciosa que al aparecer reduce sustancialmente la calidad de vida de quienes la padecen.
Esta patología, caracterizada por la pérdida progresiva de densidad ósea, no presenta síntomas evidentes hasta que ocurre una fractura, lo que puede llevar a discapacidades permanentes, dependencia y un impacto emocional profundo en los afectados.
Una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años sufren osteoporosis. Para 2050, se proyecta que el 37% de la población mayor de 50 años en México la padecerá, lo que podría elevar el número de afectados a más de 20 millones.
En el Estado de México, el Instituto de Salud mexiquense estima una incidencia de una de cada 12 mujeres y uno de cada 20 hombres mayores de 50 años con osteoporosis.

Los principales factores de riesgo incluyen la edad avanzada, el género femenino postmenopáusico, la historia familiar, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y una dieta pobre en calcio y vitamina D.
Expertos enfatizan que sólo el 20% de las mujeres diagnosticadas recibe tratamiento adecuado, por lo que urge mayor inversión en educación y acceso.

La osteoporosis no es un destino inevitable, sino una enfermedad que puede prevenirse y controlarse en gran medida